Se da por hecho que el calentamiento global podría provocar una expansión de los desiertos del mundo. Sin embargo, algunos científicos vaticinan lo contrario: un escenario en el que, paulatinamente, el agua y la vida se apoderan de estos espacios áridos.
Estos expertos creen que las enormes regiones secas, como por ejemplo el Sahara, podrían prontamente verse reducidas. La evidencia es limitada y aún no es posible llegar a conclusiones definitivas, pero imágenes satelitales recientes del norte de África parecen mostrar el retroceso en algunas regiones del Sahara.
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