A través de un programa territorial se busca aumentar la producción orgánica en la VII y VIII Región, epicentro de estos cultivos. Investigación, capacitación y desarrollo son las claves. Los resultados han sido buenos.
A mediados de 2008, cuando la llegada de la crisis financiera pasó a ser un hecho concreto, se pensó que para los orgánicos caería el telón. En medio del boom de los cupones de descuentos, parecía iluso creer que los consumidores en EE.UU.-que junto con la Unión Europea concentran más del 96% del mercado-continuarían prefiriendo alimentos cultivados sin químicos ni pesticidas, aunque significara pagar entre 10 y 100% más que por uno convencional. Se les catalogó de productos de nicho, caros y prescindibles.
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