La propuesta es ambiciosa: realizar el mayor cambio a la geografía del vino chileno en una década y media. Y el esfuerzo que hay detrás también es mayúsculo. Desde hace dos meses, un variopinto grupo de integrantes del mundo del vino -desde dueños de viñas, hasta enólogos, pasando por profesores universitarios y asesores vitícolas-, liderado por Vinos de Chile, se reúne semanalmente para trabajar en un nuevo mapa del vino chileno.
“Es muy importante que la normativa reconozca los cambios de la industria en los últimos años. Además, destaco el consenso con que han trabajado. Esa situación no se daba antes”.
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