Basura que se convierte en energía para calefaccionar de forma pareja a todo un distrito, aguas residuales que generan biogás para que los autobuses puedan funcionar y paneles solares que satisfacen el 50% de la demanda energética domiciliaria son algunas de las características que tienen las ciudades suecas que conocieron un grupo de profesionales chilenos a principios de junio. Ayer expusieron su experiencia y analizaron las posibilidades de replicar lo visto en Chile.
Suecia es uno de los países que lleva la delantera en el desarrollo de ciudades verdes y amigables con el medio ambiente. De eso no hay duda. Por eso, un grupo de 21 chilenos de los ámbitos público, privado y académico viajó hasta allá a principios de junio para conocer la tecnología sustentable aplicada por la nación nórdica.
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