Aunque los envíos de gas desde Argentina son casi nulos, la firma paga anualmente y en forma fija casi US$ 20 millones por el uso de ductos. Aunque el fin a la dependencia del gas argentino está a semanas de que se produzca, cuando entre en operación GNL Quintero, para el sector eléctrico la llamada “crisis del gas” aún tiene esquirlas que distribuir entre sus participantes.
La principal eléctrica del país, Endesa, por estos días está afinando una demanda ante un tribunal arbitral contra GasAndes, la firma propietaria del gasoducto que une Chile y Argentina en la zona central, y por el cual el país recibió sin problemas, al menos hasta 2004, el recurso gasífero trasandino.
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