El objetivo del experimento era mitigar el cambio climático sembrando hierro en el Atlántico sur, pero lo que se logró fue un excesivo crecimiento del zooplancton.
Crear un “parche” con cuatro toneladas de hierro de 300 km2 al interior de un remolino oceánico en la Antártica fue una tarea titánica para los casi 50 científicos que estuvieron a bordo del rompe-hielo alemán B/C Polarstern este verano. El objetivo también fue de grandes dimensiones: secuestrar CO2 de la atmósfera y así validar una poderosa herramienta para mitigar el calentamiento global.
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