Países desarrollados como Francia ya han aprobado una normativa al respecto, y se espera que otras economías importantes también la adopten, sin consultar instancias multilaterales. Los expertos, incluido el ex Presidente Ricardo Lagos, tienen claro que especificar la trazabilidad de la huella de carbono de nuestras exportaciones será pronto una exigencia para la competitividad de nuestros productos. Hasta el momento, el sector agrícola lleva la delantera.
El 1 de enero de 2011 empezará a regir en Francia la ley Grenelle 2, dentro de la cual se regula un tema que cada vez toma más vuelo a nivel mundial: la huella de carbono. A partir de ese día, los productos con mayor impacto ambiental -como los alimentos y derivados- deberán informar sobre las emisiones de gas de efecto invernadero (GEI) que generó su elaboración y transporte. No habrá distinciones entre productos locales o importados, y progresivamente se extenderá a todo tipo de artículos.
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